No es algo nuevo: el ser humano da forma al mundo. Lo hace a través de sus relatos, sus técnicas, sus artefactos. Entonces, ¿por qué esta sensación de punto de inflexión, esta impresión de que el mundo se convierte en lo que el humano hace de él, y que, en ese mundo hecho por el humano, el propio humano parece desaparecer o tender a borrarse? Este diario acompaña, día tras día, los ecos, las señales y las experiencias de esa tensión, con una escucha atenta de una realidad particular: la que resiste y llama.

Para un abordaje más técnico de esta problemática, también puede consultar mi Cuaderno de bitácora.